Ideas Extraordinarias para Ejecutivos 0002

Por qué se generan las crisis... POR NO REACCIONAR CON AGILIDAD Y EFICACIA ANTE LAS SOLICITUDES, SUGERENCIAS Y QUEJAS DE LOS CLIENTES.

Qué lejos están aquellos años en que los clientes eran fieles. Estaba mal visto cambiar de proveedor. Entonces había cola de clientes. Hoy al cliente se le está tentando constantemente con nuevos productos, servicios y precios. El cliente, por fin, puede escoger y además está bien visto. Cuando todos los miembros de una empresa no tienen memorizado en su cabeza y su corazón que con los clientes hay que actuar a tiempo real, el cliente nos abandona, porque hay otros competidores que sí lo hacen. Todos los empleados deberían preguntarse ¿quién es el jefe?. Esta pregunta podríamos hacerla a miles de trabajadores ¿Qué nos responderían?. Solo hay un verdadero jefe sea cual sea el tipo de trabajo con el que uno se gana la vida: EL CLIENTE. El cliente es el verdadero jefe, el que nos paga la casa, el auto, y el colegio de los hijos. En definitiva, paga todas nuestras facturas en proporción al trato que le dispensemos. Al cliente se le puede recuperar y se le puede perder definitivamente. Gastará su dinero con usted y le traerá a sus amigos si usted satisface sus necesidades. Si le engaña, se está engañando a sí mismo, está echando de su vida a quien le ayuda a mantenerla. La gente que trabaja en una línea de producción de una fábrica o el administrativo que lo hace en una empresa, pueden creer que les pagan a fin de mes, NO ES ASI. Trabajan para el cliente. Si su calidad a la primera satisface sus necesidades, cobrara su sueldo, si no es así, tarde que temprano el cliente se lo hará saber, porque gastara su dinero en otro sitio. El saber quién es en realidad el jefe y saber cómo tratarlo puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso. La incompetencia de algunos familiares, directivos y mandos medios que en su actuación no defienden los intereses de su verdadero jefe, el cliente, haciendo creer que los jefes son ellos, con necesidades distintas a las del cliente, crea confusión y desánimo entre los trabajadores que deben convertirse en maravillosos actores para conservar su sueldo. En definitiva “pan para hoy y hambre para mañana” porque el cliente también abandona a las empresas que no impulsan el deseo de la Calidad a la Primera.